Ingredientes para dos personas:
Ajo (2)
Almejas (200 gr)
Azafrán
Caldo de pescado
Cebolla (1)
Harina
Huevos (2)
Jamón serrano (1 taquito)
Patatas (400 gr)
Perejil
Pimienta
Vino blanco (1/2 vaso)
Pelamos,
lavamos, cortamos y salamos unos 400 gramos de patatas en rodajas de 1
centímetro aproximadamente. Pasamos primero por harina y luego por huevo
batido. Freímos en abundante aceite de oliva muy caliente, hasta que se doren,
escurrimos y dejamos sobre papel
absorbente para que pierdan el exceso de aceite.
En una
sartén con tres cucharadas de aceite de oliva, rehogamos una cebolla grande
picada hasta que comience a dorarse, junto con un taquito de jamón serrano muy
picado. Agregamos entonces una cucharada
de harina, damos unas vueltas, y añadimos un majado hecho en el mortero con dos
ajos, azafrán, perejil recién picado y sal. Incorporamos medio vaso de vino
blanco y cocinamos un par de minutos.
Colocamos
las patatas en una cazuela, regamos con el preparado anterior y añadimos un
caldo de pescado lo justo hasta que cubra las patatas.
Cuando
comience a hervir, rectificamos de sal y cocemos a fuego suave durante 20
minutos, moviendo con cuidado de vez en cuando. Pinchamos las patatas para
probar que estén tiernas, y retiraremos del fuego.
Dos
minutos antes de retirarlas del fuego, escurrimos y enjuagamos las almejas (que
habrán estado una hora en un recipiente con agua salada para que suelten la
arena). Las añadimos al guiso de las patatas, tapamos la cazuela y dejamos dos/tres
par de minutos hasta que comiencen a abrirse. Apagar el fuego y dejar la
cazuela tapada hasta que se acaben de abrir las almejas.
Dejamos que
repose cinco minutos y servimos.