Ingredientes para dos personas:
Aceite de oliva
Chuleta de lomo bajo (500 gr)
Sal en escamas
En una sartén o plancha, con una gota de aceite,
(conviene echar un poco de aceite y retirarlo con un papel de cocina), a fuego
muy fuerte, y cuando comience a humear, incorporamos la chuleta. Es importante
que la chuleta esté atemperada, por lo que conviene sacarla del frigorífico una
hora antes de que vayamos a cocinarla.
Dejaremos la chuleta durante un minuto, y bajaremos
el fuego a algo menos de la mitad, dejando la misma otros tres minutos. (El
tiempo dependerá del grosor de la carne y de cómo nos guste el punto de la misma).
Retiramos la chuleta de la sartén, y dejamos que la
misma repose sobre el lado que ya está cocinado, aprovechando para volver a
manchar la sartén con un poco de aceite, subir el fuego al máximo, y esperar a
que comience a humear.
Incorporamos la chuleta por el lado que está sin
hacer. Salamos abundantemente con sal gorda o escamas de sal, y hacemos de la
misma manera, durante un minuto a fuego muy fuerte, y durante otros tres a
fuego medio/bajo.
Sacamos la chuleta, y con ayuda de un cuchillo muy
afilado, trinchamos y la colocamos sobre una base caliente. Añadimos sal en
escamas y metemos al horno con este previamente precalentado a 100 grados (no
más pues secaría la carne), durante tres/cinco minutos hasta que vayamos a
comerla, y esté en el punto deseado. (En caso de duda, es mejor dejarla poco
hecha, y que termine de hacerse en el horno).
A
la hora de elegir la carne, seleccionaremos una chuleta deshuesada de lomo bajo
de ternera, de unos tres/cuatro centímetros de grosor. Esta parte de la
ternera, es igual de jugosa y de tierna que la de lomo alto, pero se
caracteriza por ser de menor tamaño, y por tener menos nervio (sobre todo no
suele atravesarla ningún nervio), por lo que será perfecta para trincharla.