Ingredientes
Foie (200 gr)
Gelatina neutra (4 + 3 hojas)
Nata liquida (200 ml)
Queso mascarpone (100 gr)
Almendras
Azúcar
Brandy
Mango (1)
Ron añejo
En un cazo, ponemos a calentar la nata líquida, y disolvemos en ella 4 hojas de
gelatina neutra (que previamente habremos hidratado en agua fría durante 5 minutos
conforme indica el fabricante). Dejamos que repose y enfríe a temperatura
ambiente.
Mezclamos con la batidora el foie (recomendado
el de la marca aoste) y media
tarrina de queso mascarpone, unas gotas de brandy, y una pizca de sal y
pimienta. Añadimos la nata con la gelatina y mezclamos bien.
Con las manos humedecidas, o con unos guantes de
latex, vamos formando bolitas de foie (si la mezcla ha quedado muy líquida,
podemos meterlo en el congelador durante veinte minutos y hacer las bolitas una
vez que se haya espesado un poco, o echarlo directamente en una bombonera o
cubitera).
Una vez hechas las bolitas de foie, reservamos la
mitad en la nevera, y la otra mitad las metemos en el congelador con un palillo
clavado en cada una.
Trituramos un puñado de almendras crudas, las echamos
en una sartén caliente con una gota de aceite, y tostamos a fuego fuerte
durante un minuto. Apartamos del fuego, e incorporamos una cucharada de azúcar,
removiendo continuamente durante un par de minutos.
Volvemos a poner al fuego y añadimos un chorro de
ron añejo, dejando que el líquido se consuma. Retiramos las almendras a un
plato y reservamos.
En la misma sartén añadimos azúcar con ron añejo y
dejamos que reduzca a fuego medio.
1.- Cogemos la mitad de los bombones que teníamos en
la nevera, regamos o mojamos en la reducción de ron y azúcar, y rebozamos los
mismos con las almendras. Reservamos en frío.
2.- Pelamos un mango, cortamos en trozos, y batimos en el vaso de la batidora.
Vertemos el contenido en un cazo, y lo ponemos a fuego bajo. Añadimos tres
láminas de gelatina neutra (previamente hidratada en agua fría) y mantenemos
templado.
Sacamos el resto de las bolas de foie del congelador, y las introducimos en el
mango templado, haciéndolas girar sobre sí mismas (cogiéndolas por el palillo)
para que el mango se vaya enfriando poco a poco.
Antes de que se enfríen del todo, añadimos una pizca
de las almendras que teníamos reservadas, y dejamos que se enfríen del todo.
Servimos cada uno de los bombones sobre el propio
papel de unos bombones “Ferrero Rocher”.