Ingredientes:
Bechamel
Calabacín (1)
Gambas (colas)
Pimienta
Cortamos las puntas de un calabacín mediano y lo partimos a la mitad a lo largo. Con ayuda de una mandolina o de un cuchillo bien afilado hacemos tiras (deben ser finas pero no transparentes). Para cada ravioli necesitaremos 2 tiras de calabacín. Colocamos las tiras de calabacín en un plato, y las introducimos al microondas uno minuto para que sean más maleables.
En una sartén, ponemos una cucharada de aceite de oliva, junto con una cucharada de las de café de mantequilla, y hacemos una bechamel ligera, rehogando las gambas cuando la mantequilla se haya derretido, y acto seguido incorporando una cucharada sopera de harina, que doraremos durante un par de minutos, añadiendo posteriormente la lecha poco a poco y removiendo constantemente con una varilla.
A media cocción, incorporaremos media pastilla de avecrem de pescado, y un poco de nuez moscada. Dejaremos que la masa repose en la nevera para que se endurezca y podamos trabajar con ella.
Ponemos dos tiras de calabacín en forma de cruz (dos brazos de la cruz deben ser considerablemente más cortos que los otros dos, como en la foto). Salamos, y echamos un poquito de pimienta (muy poca). En el centro colocaremos una cucharada de bechamel de gambas y cerraremos el ravioli cruzando cada extremo de forma alterna, primero los lados más cortos de la cruz, y envolviendo con los largos.
En una sartén antiadherente, untada con una gota de aceite, marcaremos cada uno de los raviolis por ambas caras. Hay que tener mucho cuidado para que no se desmonten, pues en cuanto calentemos la bechamel en la sartén, el ravioli se nos deshará.
Servimos los raviolis sobre una bandeja caliente.